Las granjas empresa Viloma y Tíu Rancho hicieron una apuesta por la carne con mayor cantidad de proteínas y menor cantidad de grasas, con relación a la vaca, el pollo y el cordero. Estamos hablando del cuy, ese animalito al que en nuestro medio los conocemos como conejos “cuises” o conejos de Indias.
En honor a la verdad, no son conejos, sino cobayas, y lo que sí es cierto es que su carne es mucho más nutritiva que la de otros animales: 20,3 por ciento de proteínas, cuando las de las aves tiene sólo 18 por ciento; la de vaca 17, y la de cordero 14,5 por ciento.
Contrariamente, la carne de cuy contiene sólo 7,3 por ciento de grasas, con relación al pollo, 9,3 por ciento; vaca, 21 por ciento, y cordero 37,8 por ciento.
Además, la carne de conejo tiene bajísimos niveles de colesterol, ayuda a regenerar las neuronas y desarrolla la inteligencia de los niños, además de combatir la desnutrición y la anemia, según un estudio de Visión Mundial. “Entonces nos encontramos con una carne altamente nutritiva, exquisita, saludable y con propiedades dietéticas light”, explica Marco Roldán, gerente propietario de la granja Viloma.
La mayoría de la gente no conoce de estas bondades, explica el gerente de Tíu Rancho, Franz Nina. La segunda razón es el precio: un cuy faenado y listo para ser cocinado vale unos 25 bolivianos, y su peso no supera los 500 o 600 gramos. La otra, es una cuestión cultural. Mucha gente, especialmente de la ciudad, asocia los cuyes con los ratones, cuando no lo son. Pese a que ambos son roedores, tienen cromosomas muy distintos.
Por esa razón, las granjas Viloma y Tiu Rancho, junto con la Plataforma Departamental de Productores de Cuyes, de la que forman parte, buscan, por un lado aplicar políticas de producción con el fin de bajar el precio de la carne, y segundo, ofrecerla en condiciones de higiene e inocuidad alimentaria, pero, además, en presentaciones más atractivas. Así, después de un estudio sensoral para conocer cuál sería el mejor corte, se llegó a la conclusión de que una de las opciones sería ofrecer el cuy adobado y empaquetado, pero sin la cabeza ni las patitas, que, según los clientes, son las partes que más les recuerdan a los ratones. El objetivo es demostrar a la población que se trata de una carne más suave, deliciosa y altamente nutritiva.
“Actualmente proveemos la carne a algunos restaurantes de Cochabamba, que nos piden sin la cabeza y sin las manitos”, explica Roldán.
Viloma, actualmente hace tres presentaciones: el cuy entero adobado con cabeza, el cuy entero sin cabeza y el cuy trozado. Para todos los casos el precio de promoción es de 25 bolivianos.
El plato preferido para cocinar esta carne es el lambreado (frito o al horno), aunque también se lo puede consumir en chanqa.
Por esa razón, ambas empresas hicieron su oferta durante la Feria Internacional de Cochabamba.