HamáGica, tal como su nombre hace referencia, es una “hamaca mágica” creada por los hermanos Omar y Óscar Álvarez, que además de ser tan cómoda como las tradicionales, se distingue por ser regulable, portátil, resistente y fácil de instalar.
La idea surgió en 2008 ante la necesidad de tener un lugar de descanso que no ocupe mucho espacio en su taller de creaciones. Después de varias pruebas y cinco prototipos diferentes, finalmente obtuvieron un producto innovador y único, que fue lanzado al mercado en 2011.
“Primero hacíamos los prototipos por buscar nuestra comodidad, pero después vimos la oportunidad de crear un producto para comercializarlo a todo tipo de personas que desean una hamaca en el interior o exterior de sus viviendas”, explica el biólogo Óscar Álvarez, de 29 años, gerente de la empresa Creaciones El Mágico.
Las hamacas tradicionales fueron utilizadas después del siglo XVI por los marineros en los barcos, y desde entonces se fabrican y usan en toda América Latina y el Caribe, como un utensilio para descansar que básicamente consiste en una lona que se fija a dos puntos firmes.
Hamágica, en cambio, es una silla colgante que sólo necesita una viga de apoyo donde se puede colgar una cadena que sostendrá la hamaca con unos mosquetones. Y si bien es de fácil armado, los creadores de este producto se encargan de la instalación en una primera oportunidad.
Otra diferencia importante es que se trata de un asiento ergonómico que puede ser regulado de modo que la persona pueda echarse o sentarse, según la conveniencia del usuario, en un área de un metro cuadrado, y con la posibilidad de girar y balancearse 180 grados.
Además es elaborada con materiales nacionales y resistentes a la intemperie, como la tela de lonilla, palo maría para la estructura de madera y soga perlón. Puede soportar el peso de una persona de hasta 110 kilos.
Pesa sólo 1,6 kilos y tiene una altura en posición extendida del asiento de 1,8 metros; es armable y desmontable, con opción a guardar y trasladar en un práctico estuche.
También fabricaron accesorios para la hamaca, como un toldo, un porta revista, un portavasos, una almohada y un posa pies, para brindar mayor comodidad a los usuarios.
Al ser artesanal, la elaboración demora entre dos y tres horas por hamaca y por el momento producen 60 unidades mensualmente.
“Por la plasticidad que tiene es ideal para departamentos, jardines, hoteles resort, solarios, días de campo o reuniones al aire libre. Si bien todavía nos falta canales de comercialización, tuvimos buena aceptación y, obviamente, apuntamos a aumentar nuestra capacidad de producción para incluso exportar”, dice Omar, de 25 años, copropietario de la empresa.
En septiembre de 2011, estos empresarios obtuvieron el Registro de Diseño Industrial otorgado por el Servicio Nacional de Propiedad Intelectual (Senapi).
La exclusividad de este producto también los hizo acreedores a diversos premios y reconocimientos en concursos nacionales.
Entre ellos se encuentra el premio La Paz Líder a la Microempresa en Exportación, otorgado por la Alcaldía en 2012; el segundo lugar en la categoría de Innovación del concurso Innova Bolivia, promovido por la fundación Maya y el banco Bisa en 2013, y un Certificado de Reconocimiento y Medalla al Orgullo Universitario otorgado por la Universidad Mayor de San Andrés.
“Con los talleres que recibimos en los diferentes concursos pudimos armar nuestro plan de negocios, pero también nos ayudaron a consolidar nuestro proyecto para seguir creciendo”, comenta Omar.
Madelein Segurondo, gerente de la fundación Maya, indica que al tratarse de un producto altamente comercial, diferente y ecológico, obtuvo el segundo lugar en la categoría Innovación.
“Vimos fortaleza en el equipo, la dedicación que tienen en la producción, el potencial que tienen en el mercado ecológico y lo innovador que era el producto. Por eso los seleccionamos entre los 18 proyectos finalistas del concurso, sabiendo que realmente están en una fase de emprendimiento”, agrega.
Con este impulso, en un tiempo más tienen pensado lanzar hamacas con diseños personalizados con el fin de diversificar un producto que cada vez gana más terreno en el país.
Además de las hamacas, la empresa Creaciones El Mágico tiene otras líneas de productos creados por estos hermanos emprendedores en el taller de su casa, desde hace ocho años.
Entre los terminados figuran unos relojes de arena de 50 centímetros de largo, tarjetas de papel reciclado y algunos insectos disecados con resina. Si bien no son productos que los ofertan frecuentemente, son parte de sus creaciones.
“En este taller dejamos volar nuestra imaginación. Tenemos muchas ideas más en mente, pero primero buscamos crecer como empresa y ser autosustentables. Saber que reconocen lo que hacemos y que estamos aportando con un grano de arena nos motiva a seguir adelante”, concluye Óscar Álvarez.
“Saber que reconocen lo que hacemos y que estamos aportando con un grano de arena nos motiva a seguir adelante”. Óscar Álvarez, gerente de Creaciones El Mágico.
Instalación Esta hamaca se la puede instalar tanto en exteriores como en interiores. Omar y Óscar Álvarez, creadores de este producto innovador, se encargan de armar las hamágicas a domicilio y también llevan el material que se necesita para la instalación.
El costo de cada Hamágica es de 280 bolivianos. Los accesorios tienen un costo adicional.
Teléfonos: 72569266 o al 73200025.
Facebook: HamáGica – Creaciones el Mágico.
Fuente: Página Siete