Con el paso del tiempo, las sociedades han exigido avances en cuanto a derechos, participación, acceso a la educación, y más libertad de las mujeres a nivel Internacional.
La mujer del siglo XXI es más independiente, puede acceder a carreras universitarias, tiene mayor capacidad de decisión sobre qué profesión elegir, entre otras cosas.
Sin embargo, esto no quiere decir que hayan desaparecido las desigualdades en cuestión de género. Un reciente documento de análisis del personal técnico del FMI denominado “Las Mujeres, el Trabajo y la Economía: Beneficios Macroeconómicos de la Equidad de Género” evidencia las limitadas oportunidades de las mujeres en la economía. De acuerdo al informe la tasa de participación femenina laboral de la mujer en el mundo, aún está por debajo de la participación masculina (menos del 50%). En las economías en desarrollo, mejorar las oportunidades para las mujeres también puede significar un mayor desarrollo económico.
Lo que demuestra que el mercado laboral sigue estando dividido por géneros.
Son este tipo de limitaciones que coartan la participación de las mujeres en el mercado laboral, esto no quiere decir que las mujeres no trabajen, más al contrario, la mayoría de las mujeres realizan trabajos no remunerados como tareas domésticas, cuidado de niños, o copan el sector informal caracterizado por la vulnerabilidad, con bajo grado de protección o seguridad e inestabilidad de ingresos. Realidad que vemos día a día en las calles o en nuestros hogares.
Si bien hay avances aún se divisa mucho camino por recorrer para las mujeres, pues aún no podemos hablar de plena igualdad de derechos y oportunidades de las mujeres. En varias sociedades, la mujer aún vive en situación de vulnerabilidad, baja autoestima, temor que limita su crecimiento y empoderamiento en la sociedad.
Es así que se identifican 10 retos sobre los cuales las mujeres deben trabajar.
Ante una difícil situación económica o situación vulnerable, las mujeres muchas veces se sienten incapaces de obtener apoyo. Ante esta situación las mujeres deben buscar el apoyo de sus seres queridos o amistades de confianza para obtener mayor orientación, motivación y hasta apoyo económico para emprender y valerse por sí mismas.
La historia de la desigualdad de género ha sentado estructuras mentales que minimizan las capacidades de la mujer, esto se traduce en las actitudes que asume la mujer de resistencia al cambio a la superación. Por ejemplo: Cuando una compañía promueve a un hombre para un puesto superior, él asume la responsabilidad y el riesgo teniendo el 68% de las capacidades y conocimientos. Una mujer lo hace cuando se siente 95% preparada. Es decir las mujeres se sienten con menos capacidad que un hombre y dejan de luchar por superarse intelectualmente.
Como seres humanos cometemos errores y tanto la mujer como el varón nos equivocamos sin embargo la sociedad tiende a juzgar y sentenciar a las mujeres ante sus errores. Esta sanción social hace que las mujeres sientan vergüenza y repriman sus sentimientos. En vez de ello las mujeres deben asumir su error y corregirlo y no condenarse por ello. De esa manera estará dando un mejor ejemplo de valentía a los demás.
La escasa formación y el entorno psicosocial ha contribuido a que las mujeres tengan escasa confianza en si mismas creando baja autoestima y una dependencia a la protección del varón. La mujer debe tomar en cuenta que ella vale por sí misma porque es generadora de vida y con amplias capacidades y fuerza para salir adelante. Y con confianza, valor y entusiamos puede asumir los retos que le permitan crecer y contribuir a la sociedad.
La sociedad nos ha enseñado por siglos de que una mujer vale más cuando depende del marido. Bajo esa premisa, las mujeres por miedo a quedarse solas, eligen a parejas equivocadas, personas que no les permiten crecer, desarrollarse y que retrasan su proyecto de vida. Si quieres compartir tu vida con alguien, elige a una persona que te valore y te haga brillar.
Claudia de Heredia, cofundadora de Kichink, una plataforma que facilita el comercio en línea, cobro y logística de otras empresas, confiesa que el principal reto que enfrentó para iniciar su empresa fue el miedo al fracaso, pero enfrentarlo y fallar en proyectos ha sido la solución para hacer crecer la empresa. Las mujeres deben considerar al fracasa como una lección de aprendizaje que las ayudará a superarse y no como una derrota de la que no podrán levantarse.
El acceso a la educación ha permitido el desarrollo de las mujeres. Algunos países de Latinoamérica celebran que las mujeres, en promedio, tienen mayor educación que los hombres, caso Colombia. Esta es una de las razones por las que se ha incrementado la presencia femenina en el ámbito profesional y es que según los estudios. Sin embargo, aún persiste la brecha salarial entre hombres y mujeres con estudios universitarios es del 19 por ciento.
Por otro lado, la crisis económica ha generado desempleo y ha llevado a muchas mujeres a emprender. En Bolivia 37 de cada 100 mujeres se hallan realizando una actividad emprendedora, según el estudio de Mujeres y Emprendimiento en Bolivia 2011. Algunos de e los ellos crecen pero muchos fracasan, la causa, la falta de capacitación. Hoy más que nunca diversas instituciones gubernamentales y no gubernamentales y otras iniciativas privadas apoyan el emprendimiento femenino a través de capacitaciones, esto representa una gran oportunidad para las mujeres de saber elegir lo que quieren hacer, tomar decisiones y asumir responsabilidades y así garantizar emprendimientos exitosos.
A muchas mujeres lo que les falta, es motivación para emprender, y una forma de motivarlas es a través de historias de otras mujeres emprendedoras que en la misma condición de ellas han logrado salir adelante y han cumplido sus metas y sueños. Estas historias hacen posible que cada mujer se identifique y vez ejemplos concretos y reales de mujeres que sí lo han logrado y cóm lo lograron.
Historias de mujeres exitosas son las que las inspiran a superarse.
La mujer trabajadora, también es madre y esposa, ante esta realidad, las instituciones gubernamentales deben apoyar y promover su desarrollo considerando estos factores brindando mayor flexibilidades en horarios de trabajo, espacios para el cuidado de los niños y bridarles otros incentivos laborales.
Es necesario tener un sistema en donde papás y mamás puedan cuidar a los hijos y que las mujeres no tengan que decidir entre ser madres y ser profesionales.
Es de vital importancia que, a través de iniciativas individuales se comiencen a producir los cambios para lograr una mayor productividad del ámbito femenino.
Este listado nos lleva a una reflexión, qué deben mejorar las mujeres emprendedoras a partir de la identificación de algunas debilidades, para convertirlas en fortalezas.
Carla Ramos / abril 1, 2016
Las mujeres, constantemente enfrentamos retos, así como un emprendiento, considero que el miedo a equivocarnos tiene q ser nuestra punta de lanza para destruir precisamente, nuestros miedos y valorar las equivocaciones como experiencias y oportunidades e superación. Saludos me encanto la nota relacionada. 10 notas…..
nuestro Boletín de Noticias sobre
el emprendimiento en Bolivia!
