Alguna vez te preguntaste si ¿una autoridad es un líder? ó si ¿todo líder es autoridad?, de acuerdo a la actitud y la forma en la que se comunique el líder con su equipo puede ser considerado como líder o como jefe, ambos conceptos si bien son muy diferentes, el trabajo diario o las actividades pueden hacer que confundas su significado, unos días puedes portarte más como líder y otras como jefe, al final tus actitudes determinarán la autenticidad de tu liderazgo. Para evitar caer en ambigüedades, a continuación te presentamos 4 conductas que el líder debe mejorar para crecer.
Si un integrante del equipo te levantó la voz cuando le llamaste la atención, no guardes resentimientos con él o ella, no guardes rencores y tampoco juzgues, asume el hecho como algo pasajero, no lo tomes personal. Cuando juzgas y guardas resentimientos y asumes lo peor, se nota normalmente cuando hablas o en tus actitudes. Las palabras y las acciones crean impresiones que toman más poder con el tiempo. Cuando ves que tus pensamientos están enterrados por una capa de resentimientos, practica la paciencia y recuerda perdonar, ese es el último antídoto contra el rencor.
Para entender a tu equipo primero debes ponerte en los zapatos de cada uno, entender sus necesidades, expectativas con el proyecto o el trabajo, si no lo haces puedes llegar a adquirir un comportamiento defensivo y asumir un rol más de autoridad que de líder porque ejerces presión sin escuchar a los demás y lo que estarás generando será temor y no amor y compromiso hacia la empresa.
Para evitar esto último, respira y gana algo de perspectiva. Después de eso, será posible darte cuenta que tal vez estás reaccionando por instinto. Flexiona tu músculo empático haciendo mejores preguntas para llegar al centro del problema. “¿Cómo puedo ayudar?” es una pregunta simple que puede mover montañas.
El experto en coaching y liderazgo, Juan Carlos Vacaflor señala que el verdadero líder sustituye la queja por la acción y es que las quejas se han convertido en una práctica común de nuestro cotidiano que no hacen más que reflejar la negatividad en vez de pasar a la propuesta, “en vez de quejarte del frío, abrígate” afirma Vacaflor.
Es así que el verdadero líder tampoco se queja de las personas, no los condena sino más bien da un punto de vista positivo o una solución colaborativa. No es tu papel ser el juez, jurado o ejecutor sino el de apoyar, motivar, orientar.
En los equipos de trabajo hay trabajadores más cumplidos que otros, algunos más productivos que otros; no te aproveches de este grupo solo porque terminaron su tarea con anticipación pues asumirán el trabajo como explotación, más bien felicita y reconoce su esfuerzo. Así también es importante que reflexiones al equipo que el éxito o fracaso de uno es el éxito o fracaso de toda la empresa, para así exigir deponer ciertas actitudes de los que no son tan productivos para salir adelante.
Recuerda que un líder debe crecer y mejorar constantemente, aplícalos y cuéntanos osbre tu cambio!