El sector agroalimentario presenta oportunidades para la inversión y generar millones de empleos así como ingresos para el país por 7.000 millones de dólares por exportación, según el Foro organizado por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El Foro se realizó de manera virtual, y el estudio fue presentado por el autor Gonzalo Vidaurre, quien explicó la metodología que utilizó para identificar a los 14 productos con oportunidades de inversión, pero aclaró que hay más, pero que se aterrizó en esta pequeña muestra.
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Dentro de las conclusiones del evento, el representante del PNUD, Dennis Funes, dijo que el sector agroalimentario tiene mucho potencial, puesto que los no tradicionales son los que más crecen en comparación con los tradicionales.
En la introducción del foro virtual, el viceministro de Comercio Exterior, Benjamín, resaltó el evento al indicar que es positivo discutir políticas públicas y aportar con propuestas para enfrentar la pandemia. Dijo que existe la recuperación de los productos tradicionales y no tradicionales, y que en el mes de abril se observó incremento de las ventas. Señaló que el Ministerio de Relaciones Exteriores trabaja en la apertura de mercados para el sector agroalimentario, y que es importante promover la reactivación en el tiempo de manera sustentable. Dijo que deben coordinar productores e inversionistas para la reactivación; y trabajar para atraer capital fresco, en un momento en que los productos agroalimentarios tienen una oportunidad en el mercado internacional. Adelantó que el Gobierno trabaja en herramientas de promoción comercial para productos no tradicionales.
En criterio de Vidaurre, la falta de promoción comercial resta oportunidades para la producción nacional en el mercado internacional.
En su participación Luciana Mermet, representante del PNUD en Bolivia, dijo que el potencial del sector agroalimentario podría generar ingresos por el orden de los 7.000 millones de dólares y una generación de empleos de 1,7 millones. Informó que el sector entre 2014 a 2019 mantuvo un crecimiento anual de 6%, y a pesar de la pandemia y la situación de Bolivia en materia sanitaria y sociopolítica, el 2020 creció 2,4%.
Resaltó que el objetivo del estudio es mostrar que se puede integrar generación de divisas y empleo en el país mediante la inversión en determinados sectores con criterios medioambientales, enmarcados dentro de los ODS.
Vidaurre en la introducción del estudio informó que hay sectores grandes con oportunidades no solo de reactivación, sino también en repensar modelos de integración. Dijo que se identificó 14 productos, entre los que están la castaña, la leche, azúcar y alcohol, maíz, cacao y chocolate, quinua, harina de maíz, frejol, arroz, café, maní y carne bovina, con alto potencial agroexportador.
Los beneficios son de triple impacto: económico, social y ambiental, apuntó a tiempo de señalar que el estudio y la propuesta busca inversiones de impacto y nuevos esquemas de financiamiento. “Existe evidencia de retornos financieros aceptables para los inversionistas”, señaló y dijo que en este proceso las cadenas de valor no solo generarán réditos, sino que se recuperará el empleo. Fue claro en señalar que hay que promover inversión responsable alrededor de los recursos naturales que posee el país; es decir motivar el desarrollo de la economía circular, tomando en cuenta a la Madre Tierra.
Informó que el sector agroalimentario, que comprende al agrícola no industrial, industrial más la industria de alimentos, representan el 16,1 % del Producto Interno Bruto (PIB), y es por ello que el aporte es relevante a la economía nacional. Indicó que la producción agroalimentario se destina al mercado interno, en gran porcentaje.
El experto, en la ronda de preguntas, lamentó que la producción boliviana no tenga oferta de productos con valor agregado de mayor desarrollo, que es una limitante para ingresar a mercados más desarrollados.
Otro dato que resaltó el autor, es que la característica de la industria manufactura de transformación, casi el 49 %, está ligada a los alimentos y bebidas.
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