Ya sea en auto, moto, bicicleta o monopatín, el transporte eléctrico es la nueva moda ecológica de transporte en Cochabamba. La Llajta es líder en fabricación de vehículos eléctricos que van ganando espacio en el parque automotor por sus ventajas ambientales y económicas.
“En Cochabamba hay un boom de la bici eléctrica. Hace unos años no se veía ni una, pero ahora hay miles de unidades eléctricas en las calles. Además, en los talleres eléctricos hay cada vez más demanda. Las bicis, los monopatines y en menor cantidad las motos y autos de este tipo ayudan a que el parque automotor sea más ecológico porque no emiten gases de efecto invernadero”, dice Miguel Ángel Fernández, director ejecutivo de Energética, institución civil especializada en el rubro.
Lamenta que Cochabamba sea la ciudad con el mayor índice de polución del país y precisa que el principal contaminante es el parque automotor tradicional.
Precisamente, con la finalidad de reducir los índices de contaminación y fomentar el uso de energía limpia, Energética promueve la movilidad eléctrica, que consiste en el uso de autos, motos, bicis y monopatines a electricidad, en remplazo de los convencionales a combustible (gasolina, gas o diésel). Y no es la única.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2017 el registro vehículos nuevos en la Llajta era de 23.439. En 2019 esta cifra subió a 410.391 y en 2020 llegó a 453.500 unidades, lo que representa el 21% del parque automotor nacional.
“Con una población de casi dos millones de habitantes en el departamento, hay un vehículo por cada cuatro habitantes. El parque automotor genera 90% de la polución; estudios de calidad de aire lo demuestran”, precisa Fernández.
Según expertos, en Bolivia aún hay resistencia y falta de información sobre los beneficios del transporte eléctrico. Cochabamba es la región que emplea y fabrica más unidades ecológicas.
Claudio M., de 48 años, compró a principios de año un auto eléctrico de la empresa Quantum. Ya era propietario de una vagoneta Jac modelo 2020 que funciona a gasolina, pero le llamó la atención un vehículo eléctrico, sobre todo porque resulta más económico.
“Lo compré pensando exclusivamente para trasladarme en la ciudad y porque es ahorrador. En gasolina gasto mucho, pero con electricidad no es tanto”, asegura Claudio. La única desventaja que halla en estas unidades ecológicas es que son pequeñas, sólo transportan a tres ocupantes incluyendo el conductor, lo que le impide movilizarse con su esposa e hijos.
José Balderrama, de 47 años, necesitaba adquirir un vehículo, pero dudaba entre uno eléctrico o uno a gasolina. Luego de analizar las ventajas y desventajas, se decidió por el convencional.
“Es que los eléctricos no tienen mucha potencia y son muy pequeños. La potencia del vehículo es muy importante para mi trabajo”, justifica José.
“Bolivia necesita un cambio energético, ahora el Gobierno subvenciona el combustible, cuando somos productores de energía limpia”, asegura el gerente general de Industrias Quantum Motors, José Carlos Márquez.
Desde que Quantum lanzó al mercado los autos eléctricos, en 2019, ya comercializó más de 300 unidades en todo el país. Pero la cifra sube a 1.000 si se añaden las motos y bicicletas a electricidad, apunta Márquez.
Destaca entre las ventajas de las unidades eléctricas sus bajos costos de operación, que no presentan desgaste de motor, acceden a la liberación en algunos impuestos municipales, no emiten gases de efecto invernadero y son más económicas que los vehículos a combustible fósil. Un auto eléctrico se puede comprar desde 5.900 dólares, una moto desde 1.280 y una bicicleta desde 680 dólares.
El gerente de Quantum sostiene que un auto eléctrico gasta menos de tres bolivianos para recorrer 50 kilómetros; mientras que una moto requiere un boliviano y por cada kilovatio de consumo (que equivale aproximadamente a un boliviano) ahorra cinco bolivianos en subvención de hidrocarburos al país.
En Cochabamba, sobre todo en el centro de la ciudad, es habitual observar bicicletas y monopatines también conocidos como scooter. Muchos jóvenes han adoptado este servicio como el principal medio de transporte por su accesibilidad y comodidad.
Diferentes empresas promueven el uso de transporte ecológico mediante el alquiler de bicicletas y monopatines tras la descarga de aplicaciones. Una de ellas es Trippy Mobility, que ofrece el servicio de micromovilidad mediante el alquiler de los scooter eléctricos.
“Cochabamba es la tercera ciudad más contaminada de toda Latinoamérica y su parque automotor es el de mayor densidad superando a La Paz y Santa Cruz. La suma de estos factores hizo que, durante la pandemia, incursionáramos en el rubro de vehículos eléctricos”, dice Daniel Guzmán, uno de los socios.
“Es un sistema autogestionable que opera a partir de una plataforma. Los scooter funcionan con un código QR y el usuario puede escanear el código con una aplicación y a partir de ello el alquiler es automático. Se puede cargar mediante tarjeta de crédito, de débito o transferencia bancaria. El costo de este transporte es de 50 centavos el minuto”, explica Edwin Calla, otro socio de la empresa.
Actualmente Trippy Mobility alquila 30 monopatines y proyecta adquirir autos, motos y bicis eléctricas para también arrendarlas.
Otra empresa innovadora es Walawa, dedicada al alquiler de scooter. Tiene 130 unidades distribuidas en 20 paradas fijas de la ciudad donde se pueden dejar las unidades después de usarlas. El minuto tiene un costo de 55 centavos. También funciona mediante una aplicación que se puede descargar de PlayStore.
“Pueden dejar el scooter en cualquier poste con candado o en las paradas donde lo podemos recoger”, precisa el director ejecutivo de Walawa, William Lara. Prevé la llegada de al menos 50 nuevos scooter y la ampliación de sucursales en La Paz y Tarija.
Otro novedoso servicio es Eco Delivery, que hace envíos en bicicletas manuales y motos eléctricas. “No transportamos comida. Respetamos los horarios laborales y trabajamos para instituciones como courier y otras”, afirma su gerente, Noelia Barea.