Tras haber innovado hace 23 años con sus tés de frutas, Productos Ecológicos Naturaleza SA cumple un nuevo aniversario posicionada como empresa líder en el rubro en el mercado nacional, con más de 60 productos comercializados bajo la marca Frutté, con exportaciones a tres países del mundo y con un premio por parte de la Cámara de Exportadores de Cochabamba (Cadexco).
Naturaleza nació hace 23 años (25 de julio, fiesta de Santiago) en Tarata, cuando los esposos, Adolfo Mier y Sandra Bayá probaron hacer, inicialmente, mermeladas de durazno; pero después cambiaron de idea e incursionaron en lo que entonces era algo nuevo: té con sabor a fruta, utilizando justamente el durazno deshidratado.
El producto fue una verdadera innovación para Bolivia, y, hasta donde se sabe, también en Latinoamérica, explica el actual gerente general, Osmar Colque Hinojosa, y tuvo tan buen aceptación que pronto las frutas se fueron surtiendo en diversos sabores: piña, durazno, manzana, e incluso zanahoria y flores, que no son precisamente frutas.
Además, la empresa adoptó como filosofía ofrecer productos completamente naturales, tres de los cuales presentan la certificación de ser productos orgánicos (elaborados con productos libres de químicos, pesticidas o cualquier otro elemento que pueda dañar la salud). Más al contrario, los productos Frutté tienen varias líneas pensadas en la salud, como los adelgazantes, los antiestrés, los digestivos o los antioxidantes. Por ello, se agrupan en los Té Forma (línea light, destinada a la dieta) o los funcionales (para dormir, hacer frente al estrés y otros).
En 2003, Naturaleza tuvo su primera capitalización, se convirtió en sociedad anónima, creció exponencialmente y llegó a nuevos mercados.
Así, desde la planta de Tarata, la empresa fue llegando con su producto a todo el territorio nacional y a varios países del mundo, de los cuales actualmente se llega a tres: Italia, Estados Unidos y Costa Rica. Claro que, para ello, se tuvieron que pasar por exigentes procesos de trámites y certificaciones de calidad.
Por ejemplo, según explica el Gerente, Italia exige certificaciones de que el té de manzanilla tiene procedencia orgánica y además le hace un seguimiento científico. Por ello, la empresa cuenta con sus propias 10 hectáreas de cultivos en Tarata, certificadas como orgánicas, libres de pesticidas o de otros elementos químicos.
El resto de la producción procede de comunidades campesinas de Cochabamba, Chapare, Yungas, Santa Cruz y otros lugares.
El proceso es sencillo, se trata de fruta deshidratada (en el caso de la línea de frutas), que pasa a un proceso de pasteurización, molienda y envasado. Todo este proceso se halla supervisado por profesionales de la empresa y certificado por Senasag y otros organismos de alcance internacional, de tal forma que la empresa puede buscar nuevos mercados en el exterior. Ese es el proyecto.