Las redes sociales sumadas a las entregas a domicilio fueron claves para que algunas empresas no cierren sus operaciones, tras la recesión económica ocasionada por la pandemia. Laureke Joyas Artesanales es un ejemplo de transformación en medio de la crisis.
La crisis económica que provocó el COVID-19 y las medidas aplicadas el año pasado por el gobierno de transición para contener su expansión en el territorio, como las cuarentenas, provocaron el cierre de unidades productivas en diferentes regiones del país, sobre todo del sector manufactura.
Las empresas que sobrevivieron a la disminución del consumo, de la inversión y de la producción de bienes y servicios, asumieron el desafío de transformarse a través de la innovación en varias áreas de su trabajo, como en los canales de comercialización de sus productos y prestación de servicios de atención al cliente.
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Es el caso de Laureke Joyas Artesanales que apeló que incursionó con la transformación digital a través de WhatsApp, Facebook y otras plataformas de internet, sumadas a un servicio de entrega de productos a domicilio (delivery), para lograr revertir las pérdidas económicas que le ocasionó la pandemia por el COVID-19.
“A partir de la pandemia y con todo el esfuerzo que hemos hecho, logramos recuperar un 70%”, comentó a LA RAZÓN la fundadora y propietaria de esta empresa, María Eugenia Gutiérrez.
El impacto de la emergencia sanitaria por la pandemia no solo redujo considerablemente los ingresos por ventas sino también provocó el cierre de dos de sus tiendas de exposición de joyas de plata, así como la suspensión de operaciones de exportación de sus productos.
Ante esa situación, Laureke tuvo que decidir entre cerrar sus operaciones o salir adelante ante la crisis.
Optaron por la segunda y para ello utilizaron herramientas tecnológicas y desarrollaron una estrategia para superar la desventajosa situación económica.
Tras asumir esa decisión, “entre junio y agosto de 2020, hemos podido vender desde internet, pese a las limitaciones de vehículo y restricciones, entregamos los pedidos que por lo general eran regalos de cumpleaños o eventos familiares”, comentó Marco Leonardini, también fundador y propietario.
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Para ello, los dueños de la empresa tuvieron que “reformular” los diseños de sus joyas de exportación y se concentraron en expandir sus ventas en el mercado interno boliviano, que exige innovación constante.
“Para nuestra clientela en el país, hemos innovado en cuanto a diseños, lanzamos diversas colecciones con temas distintos. Las mujeres son nuestras mayores compradoras”, dijo María Eugenia Gutiérrez.
En el caso de los varones, los pedidos son pisacorbatas y anillos con diseños más contemporáneos.
Plata de 925 y 950, es decir con 92,5% y 95% de pureza del metal y piedras semipreciosas como “bolivianita”, ágata, jaspe, malaquita, entre otras, son utilizadas para la fabricación de joyas.
Las técnicas que utilizan para los detalles que destacan la calidad de sus productos son: el repujado- cincelado, forging que consiste en golpear el metal con diferentes martillos para obtener texturas, así como joyas tejidas en hilo de plata “producida en Potosí y refinada en Oruro”, destacó Leonardini.
Mediante Decreto Supremo 4199, el 21 de marzo de 2020, el gobierno de transición declaró “cuarentena total” en todo el territorio de Bolivia para evitar el contagio y la propagación del COVID- 19. Esta medida y la crisis económica no fueron óbice para Laureke Joyas Arsenales.
Decididos a superar la crisis, los propietarios de la empresa entregaban de forma personal los pedidos de joyas que les hacían los clientes durante los meses de la cuarentena. Para ello, desde su tienda de exposición o taller se movilizaban a pie a diferentes zonas en La Paz con la finalidad de garantizar la seguridad y garantía del producto.
“Todos los pedidos los entregaba yo misma o mi esposo, además porque los clientes pedían que se les muestre otras piezas en plata; o en el caso de los anillos pedían que se realice ajustes en el tamaño”, relató a este medio María Eugenia Gutiérrez.
Tras la baja en sus ventas, el uso de redes sociales sumadas a las entregas a domicilio dieron resultados en la gestión pasada.
“Volvieron a subir las ventas mediante internet, llegando hasta los 25.000 bolivianos en fechas como el Día de la Madre y en septiembre por el Día de los Enamorados”, comentó Gutiérrez.
Tras esa experiencia, a la fecha los propietarios de Laureke Joyas Artesanales se preparan para volver al mercado externo sin descuidar a los leales clientes de La Paz y el resto del país.
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