América Latina reduce la brecha de género en 2018

Foro Económico Mundial / Abril 10, 2019

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  • América Latina fue la tercera región con mayor igualdad de género del mundo en 2018.
  • La economía más igualitaria de la región, Nicaragua, ocupa el quinto puesto en el índice mundial de brechas de género. México es una de las naciones que más mejoras reportó en 2018.
  • Islandia sigue siendo el país con mayor igualdad de género del mundo. Al ritmo actual de cambio, la brecha global de género tardará 108 años en cerrarse; mientras que la paridad económica de género se sitúa a una distancia de 202 años.

La brecha de género en América Latina se redujo ligeramente en 2018, ya que la tercera región con mayor igualdad de género del mundo redujo casi el 71% de su brecha, según el Informe sobre la Brecha Global de Género del Foro Económico Mundial de Económico Mundial.

Nicaragua, el país con mayor igualdad de género en América Latina, es ahora el quinto en el índice mundial de brechas de género, según el informe, y la única economía fuera del norte de Europa que figura entre los cinco primeros. En otras partes de la región, México (50º, 72%) sube varios puestos tras mejorar en los cuatro subíndices, alcanzando su nivel de paridad de género más alto hasta la fecha. Chile (54º, 72%) le sigue de cerca
con una mayor proporción de mujeres en el Parlamento. Argentina (36º, 73,3%) y Colombia (40º, 72,9%), dos de las mayores economías de la región, perdieron varias posiciones este año. Brasil (95º, 68,1%) dio un significativo
paso atrás, ya que la brecha de género general se situó en su punto máximo desde 2011.

La brecha global de género en 2018

El estancamiento en la proporción de mujeres en el lugar de trabajo y la disminución de la representación femenina en la política, junto con una mayor desigualdad en el acceso a la salud y la educación, contrarrestan las mejoras en igualdad salarial y número de mujeres en puestos profesionales y son la causa de que la brecha de género mundial tan solo se redujera levemente en 2018 —de acuerdo con el Informe sobre la Brecha Global de Género del Foro Económico Mundial de 2018.

Según el informe, la brecha de género se redujo a nivel mundial en un 68%, sobre la base de mediciones de cuatro pilares clave: oportunidad económica, empoderamiento político, nivel educativo, y salud y Supervivencia. Si bien la mejora fue leve con respecto a 2017, el avance es bienvenido, ya que 2017 fue el primer año desde que se publica el informe, en 2006, en que aumentó la brecha entre hombres y mujeres.

Según la tasa actual de cambio, los datos sugieren que se necesitarán 108 años para eliminar la brecha de género general y 202 años para lograr la paridad en el lugar de trabajo.

Dentro de las principales cifras mundiales, es posible percibir una serie de tendencias que han definido la brecha de género en 2018. De los cuatro pilares cuantificados, solo uno (la oportunidad económica) redujo su brecha de género. Esto se debe en gran medida a una brecha de ingresos más reducida entre hombres y mujeres, situada en casi el 51% en 2018, y al número de mujeres en puestos de liderazgo, que representa el 34% a nivel mundial.

Sin embargo, en el mismo pilar económico, los datos sugieren que menos mujeres participan en la fuerza laboral. Este es un avance preocupante debido a una serie de razones potenciales. Una de ellas es que la automatización está teniendo un impacto desproporcionado en los roles que tradicionalmente desempeñan las mujeres. Al mismo tiempo, las mujeres están subrepresentadas en áreas laborales en crecimiento que requieren habilidades y conocimientos de los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (campos STEM, por sus siglas en inglés). Otra razón potencial es que la infraestructura necesaria para ayudar a las mujeres a incorporarse o reincorporarse al mercado laboral, como el cuidado de los niños y ancianos, está subdesarrollada y el trabajo no remunerado sigue siendo principalmente responsabilidad de las mujeres. La consecuencia de ello es que las inversiones sustanciales realizadas por muchas economías para eliminar la brecha educativa no logran generar rendimientos óptimos en forma de crecimiento.

Los otros tres pilares (educación, salud y política) vieron cómo aumentaban sus brechas de género en 2018. En términos de empoderamiento político, el deterioro interanual puede atribuirse en parte a la menor permanencia de
mujeres en cargos de jefe de estado en todo el mundo. Sin embargo, los datos también sugieren que se está produciendo una divergencia regional, ya que 22 economías occidentales presenciaron una mejora en el
empoderamiento político de las mujeres, mientras que en el resto del mundo ocurrió lo contrario. Por lo que respecta a las mujeres en el parlamento, estas economías occidentales que, en conjunto, eliminaron el 41% de la brecha, registraron una progresión inversa en 2018.

“Las economías que triunfarán en la cuarta revolución industrial serán aquellas que estén mejor capacitadas para apalancar todo el talento disponible. Las medidas proactivas que favorecen la paridad de género y la inclusión social y que abordan los desequilibrios históricos son, por lo tanto, esenciales para la salud de la economía mundial y por el bien de la sociedad en general”, declaró Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial.

Desde los campos STEM a la inteligencia artificial: una nueva frontera en la brecha de género mundial

Si bien la brecha de género en los campos STEM está bien documentada, un nuevo análisis realizado en colaboración con LinkedIn apunta a que se está desarrollando una brecha de género evidente entre los profesionales de la inteligencia artificial (IA), donde las mujeres tan solo representan el 22% de la fuerza laboral. Esta brecha es tres veces mayor que en otros grupos de talentos del sector. El análisis también sugiere que, además de verse superadas en número, en una proporción de tres a uno, es menos probable que las mujeres en el sector de la IA ocupen puestos de alto nivel o tengan conocimientos especializados en habilidades emergentes de IA de alto perfil. Los datos de LinkedIn sugieren que las mujeres con habilidades en IA son más propensas a ser contratadas como analistas de datos, investigadoras, administradoras de información y profesoras, mientras
que los hombres tienen más probabilidades de ser contratados como ingenieros de software, jefes de ingeniería, jefes de TI y directores ejecutivos —puestos superiores más lucrativos.

Dado el calado de la brecha de género del talento en la IA, existe una clara necesidad de medidas proactivas para evitar que se profundice la brecha de género en otros sectores donde las habilidades de la IA son cada vez más
demandadas y que incluyen sectores tradicionalmente dominados por los hombres, como la manufactura, el hardware, las redes, el software y los servicios de TI; así como sectores tradicionalmente femeninos como son las
organizaciones sin ánimo de lucro, la sanidad y la educación.

“Los sectores deben instaurar de manera proactiva la paridad de género en el futuro del trabajo a través de la formación efectiva, el reciclaje de las capacidades y la mayor capacitación de las intervenciones, así como por las vías tangibles de transición laboral, que serán clave para reducir estas brechas de género emergentes y revertir las tendencias que estamos viendo hoy. Les beneficiará a largo plazo, ya que las empresas diversas tienen un mejor desempeño”, afirmó Saadia Zahidi, Directora del Centro para la Nueva Economía y Sociedad y miembro de la Junta Directiva del Foro Económico Mundial.

El índice de la brecha de género mundial en 2018

Tras eliminar más del 85% de su brecha de género general, Islandia ocupa el primer puesto en el índice por décimo año consecutivo. Sigue siendo uno de los países del mundo con más rápidas mejoras desde 2006. A pesar de su alto rendimiento, el país ha experimentado un ligero retroceso en la participación económica y la oportunidad tras un aumento de la brecha de género en el número de mujeres legisladoras, funcionarias de alto nivel y directivas.
Entre otras de las economías que figuran en el top 10 se incluyen los países nórdicos de Noruega (2º, 83,5%), Suecia (3º, 82,2%) y Finlandia (4º, 82,1%); así como Nicaragua (5º, 80,9%), que subió una posición, superando a Ruanda (6º, 80,4%), cuya escalada de varios años se ha detenido por primera vez. El último país en ser incluido entre los 10 primeros es Namibia (10º, 78,9%), el segundo país de la región de África subsahariana en lograrlo.

Entre el grupo de países del G20, Francia vuelve a liderar en la posición 12ª (77,9%), perdiendo un lugar en el último año, seguida de Alemania (14º, 77,6%), Reino Unido (15º, 77,4%), Canadá (16º, 75,5%) y Sudáfrica (19º,
75,5%). Estados Unidos baja dos puestos hasta el 51º (72%) y seis países quedan fuera de la clasificación de los 100 mejores: China (103º, 67,3%), India (108º, 66,5%), Japón (110º, 66,2%), República de Corea (115º, 65,7%)
Turquía (130, 62,8%) y Arabia Saudita (141º, 59%). Con un 75,8%, Europa occidental es, en promedio, la región con el mayor nivel de paridad de género. Con las tasas actuales de progreso, la brecha general de género en la región se eliminará en 61 años. A esta región pertenecen cuatro de los cinco países mejor valorados en el índice: Islandia, Noruega, Suecia y Finlandia. El desempeño de Suiza (20º, 75,5%) se mantiene estable desde el año pasado, con un progreso en el empoderamiento político contrarrestado por una creciente brecha de género en la participación económica y las oportunidades.

Tras progresar en la reducción de su brecha de género durante seis años consecutivos, la brecha de género en el África subsahariana comenzó a ampliarse nuevamente. Ruanda (6º, 80,4%) sigue liderando la región, pese a haber bajado dos puestos a raíz de un retroceso del avance en participación económica y oportunidades. El aumento de Namibia se debe en parte a una mayor proporción de mujeres en el Parlamento. Sudáfrica (19º, 75,5%) registra algunos avances en el subíndice de empoderamiento político, pero también una leve disminución en la igualdad salarial.

Con una brecha restante media del 29,3%, a Europa del Este y Asia Central les llevará 153 años cerrar la brecha de género. Letonia (17º, 75,8%), la República Checa (82º, 69,3%) y la República Eslovaca (83º, 69,3%) han cerrado por completo sus brechas de género en sanidad, supervivencia y nivel educativo. La Federación Rusa (75, 70,1%) ha cerrado totalmente su brecha de género en educación secundaria este año y ve mejoras en la igualdad salarial y el liderazgo de las mujeres; sin embargo, el progreso acelerado de otros países en la dimensión de empoderamiento político hace que el país baje unos pocos puestos con respecto al año pasado.

Asia Oriental y el Pacífico, región de 2 de las 10 naciones mejor valoradas del índice, con un promedio de brecha de género del 31,7%, se sitúa hacia la mitad de la escala. Si bien solo cuatro países de la región han salvado por completo su brecha de género en educación, más de la mitad de los países de esta región han cerrado la brecha de género para trabajadores profesionales y técnicos, lo que indica una integración relativamente exitosa de mujeres con educación terciaria y las cualificaciones más altas en la fuerza laboral. De los 18 países de la región que comprende el índice, 14 han aumentado sus puntajes generales en comparación con el año pasado.

Con una brecha de género restante promedio del 27%, América del Norte es una de las regiones que más avances ha materializado en general. Canadá (16º, 77,1%) mantiene su primer lugar en la región, así como su
posición en el top 20 global, con mejoras modestas en un rango de indicadores de paridad de género este año. Estados Unidos (51º, 72%), por otro lado, ha bajado dos puestos desde el año pasado, y las modestas mejoras en la oportunidad económica y la participación se han visto compensadas por una disminución en la paridad de género en cargos de nivel ministerial.

El sur de Asia es la segunda región con el puntaje más bajo, con una brecha de género restante del 34,2%, por delante de Oriente Medio y el norte de África, y por detrás del África subsahariana. Bangladesh (48º, 72,1%) presenta el mejor desempeño de la región y se incluye entre los cinco países con mayor puntaje del mundo en materia de empoderamiento político, a pesar de la creciente brecha en la participación de la fuerza laboral. India
(108º, 66,5%) registra mejoras en la igualdad salarial para trabajos similares y cerró por completo su brecha en educación terciaria por primera vez, pero se retrasa el progreso en sanidad y supervivencia, convirtiéndose en el
país que menos ha mejorado del mundo en este subíndice en la última década.

A pesar del progreso continuo en Medio Oriente y el norte de África, la región sigue ocupando el último lugar a nivel mundial en el índice general (la brecha se ha reducido en un 60,2% hasta la fecha), y quedan cerca de 153 años para cerrar la brecha de género al ritmo actual de cambio. Los Emiratos Árabes Unidos (121º, 64,2%) ven mejoras en la paridad de género en los legisladores, altos funcionarios y directores, así como en los indicadores de esperanza de vida saludable, pero una brecha cada vez mayor en igualdad salarial que contrarresta dichas mejoras. Arabia Saudita (141º, 59%) muestra un progreso modesto, pero marca una mejora en la igualdad salarial y la participación de las mujeres en la fuerza laboral, así como una menor brecha de género en la educación secundaria y terciaria.

Ver el informe completo aqui: http://www3.weforum.org/docs/WEF_GGGR_2018.pdf

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