A través del estudio: «Recorriendo juntos el camino de la mujer emprendedora: Perfil de la mujer emprendedora boliviana» realizado por IME se analiza las perspectivas actuales y futuras para los emprendimientos femeninos de cara a la “nueva normalidad” en un mundo cada vez más globalizado, hiperconectado e interdependiente. A pesar de la pandemia del COVID-19 se observa que muchas medianas y pequeñas empresas -en su mayoría creadas por necesidad- decrecen junto con las grandes empresas y/o han tenido que cerrar sus puertas. En otros casos, las que
subsisten se han visto obligadas a reinventarse y/o abrazar la transformación digital.
En ambos escenarios, la equidad de género sigue siendo un desafío global en el que se ha retrocedido y se corre el riesgo de perder los avances que se venían dando en estas dos últimas décadas. Se han profundizado las brechas de género en el acceso a la salud, la educación, la seguridad y el trabajo. Varios programas u organismos internacionales pertenecientes al Sistema de Naciones Unidas el Foro Económico Mundial, McKinsey y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) coinciden en afirmar que la pandemia ha golpeado más a las mujeres.
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Mientras que las barreras identificadas en estas dos últimas décadas para el desarrollo empresarial de las mujeres, aún persisten y en vez de ser derribadas se están exponenciado (violencia de género, roles de género -cuidado y trabajo doméstico-, estereotipos de género y empoderamiento femenino, barreras legales, acceso a créditos o fuentes de financiamiento, ausencia de legislación para emprendimientos de base tecnológica, falta de políticas públicas de incentivo para la innovación, la generación de conocimientos, el cuidado del medio ambiente y la brecha de género digital), se ve con gran preocupación cómo surgen nuevos obstáculos normativos y financieros que pueden representar una amenaza para los nuevos emprendimientos y su desarrollo.
A través de Irene Arias, gerente general del BID Lab (el laboratorio de innovación del Banco Interamericano de Desarrollo) se conoce que las emprendedoras, además de las barreras que enfrentan los emprendedores cuando deciden crear un negocio propio, deben superar otras que tienen que ver con tres aspectos esenciales:
La participación de las mujeres dentro del tejido empresarial y el ecosistema emprendedor ha venido creciendo en los últimos tiempos, y si bien se han abierto espacios para que los emprendimientos puedan desarrollarse, aún no se ha logrado impulsar de manera efectiva el crecimiento de los mismos.
El estudio Mujeres y Emprendimiento en Bolivia, revela que una de las opciones preferidas de las mujeres para generar ingresos es el emprendimiento; asimismo, identifica barreras y necesidades que persisten hoy en día como ser: la falta de políticas de incentivo que no logra cubrir necesidades básicas para el desarrollo de estas actividades económicas, las necesidades referentes a constitución, acceso a tecnología o innovación. En la actualidad, las necesidades de capacitación para las mujeres que deciden emprender se vienen cubriendo en las áreas urbanas de Santa Cruz, La Paz, Cochabamba y El Alto, y en las ciudades de Sucre, Tarija y Trinidad donde están comenzando a volcarse hacia el estudio Mujeres y Emprendimiento en Bolivia, revela que una de las opciones preferidas de las mujeres para generar ingresos es el emprendimiento; asimismo, identifica barreras y necesidades que persisten hoy en día como ser: la falta de políticas de incentivo que no logra cubrir necesidades básicas para el desarrollo de estas actividades económicas, las necesidades referentes a constitución, acceso a tecnología o innovación.
En la actualidad, las necesidades de capacitación para las mujeres que deciden emprender se vienen cubriendo en las áreas urbanas de Santa Cruz, La Paz, Cochabamba y El Alto y en las ciudades de Sucre, Tarija y Trinidad donde están comenzando a volcarse hacia el emprendimiento, se empiezan a generar algunos esfuerzos en acciones y programas de educación para el emprendimiento. Sin embargo, estas capacitaciones o fomentos deben responder a necesidades y condiciones reales; por ejemplo, respecto al acceso a financiamiento no existen productos financieros o líneas de créditos que se ajusten a las características de los emprendimientos y/o capacidad de ahorro del grueso de las emprendedoras bolivianas.
Dada la diversidad en las tipologías de los emprendimientos de las mujeres en el país, antes de revelar «El Perfil de la Mujer Emprendedora en Bolivia», se realizó grupos focales en base a tres tipologías:
Independientemente de la tipología de emprendimiento, las emprendedoras están empezando a implementar algún tipo de tecnología y están consiguiendo que sus emprendimientos crezcan.
Los resultados del estudio servirán a los actores del ecosistema de emprendimiento (incubadoras, aceleradoras y otras instancias) para direccionar sus esfuerzos y concentrarlos en acciones más acertadas, oportunas y pertinentes. También busca dotar de primera mano de la información y datos necesarios a los diseñadores de políticas públicas y tomadores de decisiones sobre las realidades que viven las emprendedoras y las barreras con las que se enfrentan a la hora de emprender.
La Fundación Emprender Futuro junto a otras instituciones fueron parte de este estudio, ya que impulsan a emprendimientos de mujeres utilizando como principal mecanismo de difusión sus redes sociales. La Fundación Emprender Futuro se caracteriza por ser una organización sin fines de lucro que promueve, fortalece y ejecuta actividades de desarrollo de áreas de tecnología de la información, comunicación e innovación para emprendedores.
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Respecto a la encuesta, la muestra de 452 emprendedoras se recogió de las nueve ciudades capitales en la proporción
siguiente:
La franja etaria dominante con el 24,5% está entre los 26 y 30 años de edad, seguido del 22,5% de mujeres entre 31 y 35 años. Con el 21% está el grupo correspondiente a mujeres de entre 36 y 40 años.
Respecto al grado de formación profesional, el 52% cuenta con estudios universitarios, el 29,6% posee grado de Maestría y el 13,5% un título de Técnico Superior. Sobre el área de formación, el estudio no destaca ningún rasgo dominante, por el contrario, se trata de una población proveniente de distintas disciplinas en el que las Ciencias Económicas y las Ingenierías tienen mayor peso con el 21,9% y el 19,4%, respectivamente.
Respecto al tiempo que las mujeres encuestadas le dedican a su emprendimiento, se reporta que el 38,4% lo hace a tiempo completo, mientras que el 26,5% lo hace el tiempo que le queda después de ocuparse de su familia. El 17,7%
se dedica a su negocio propio una vez que ha concluido su trabajo de jornada completa. El otro 17,4% le dedica la mitad de la jornada porque la otra parte del tiempo mantiene una segunda actividad económica como dependiente.
De manera complementaria se preguntó cómo implementa o usa la tecnología en su emprendimiento teniendo la opción de elegir más de una alternativa como respuesta. El estudio reveló que de una u otra manera, el 100% utiliza algún recurso tecnológico. Las preferencias estarían dadas de la siguiente forma: El 43,6% señaló que cuenta con una página WEB; el 38,2% emplea códigos QR para pago y cobro de dinero; y el 28,2% utiliza plataformas de pago; el 5,7% tiene una APP de su propio negocio, el Big Data para la toma de decisiones es empleado por el 3,3%; el 2,8% señala usar inteligencia artificial y el 0,7% Blokchain.
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De manera complementaria a esta información, el estudio ha revelado que el 57,6% se autoidentifica como “mujer emprendedora”, el 21,3% como “profesional que ofrece servicios especializados”, y el 15,1% como “mujer buscando una comunidad con sus mismas necesidades”. Solo el 6% se autodefine como “mujer alta ejecutiva en una empresa”.